jueves, 24 de abril de 2008

India

Me despido tristeza,
ya no te quiero cerca.
Vi en tus ojos el horror,
el hambre, la pobreza;
y me creo sin derecho
a reclamar nada
y me lamento
por haber sido tan necia.

Mis ojos hoy descubrieron
la verdad a secas,
el velo cayó y te vi
tal cual eras.
Hoy por fin descubrí
mi verdad a cuestas
y entendí que el amor
está más allá de
pálidas quimeras.

Es esa mirada pura,
esa madre hambrienta,
que ruega por una moneda
que yo despilfarro
sin conciencia.
Es una casta olvidada
pero entera;
que pelea codo a codo
con la miseria.

Es una cultura
que nos es tan ajena
pero como un puñal
nos duele y nos enseña
el momento de no confiar
en las apariencias;
de encontrar en otros ojos
y en cada cosa,
la verdadera esencia.

Es un país milenario
que no desperdicia tiempo
en vanas promesas;
que me mira y me enseña
a ser más honesta,
a ser más digna, más austera;
que me regala el milagro
de no sentir pena,
y una genuina alegría
por la diaria entrega.

No hay comentarios: