Amiga, amigo, hoy quiero decirte tantas cosas
pero mi corazón adormecido se regodea en la pena
y me impide ver todo lo bueno que me diste.
Te conocí y me regalaste un pedazo de vida.
Caminamos de la mano y en un abrazo cálido nos fundimos
dentro de un mundo que a veces me pregunto si existe,
ese que no está pero está y que cala hondo
en cada palabra, en cada silencio.
Te conocí un veinticuatro de agosto, un año atrás,
cuando te encontré en un espacio nuevo,
que descubrí de casualidad, en la que no creo.
De a poco me fui habituando a tus estilos,
a tus modos literarios,
a tus maneras de regalarme en palabras tus sueños.
Y despacio fui interpretando tus duelos,
festejando tus humoradas,
vibrando con cada explosión de tu creatividad
y tu talento.
Y otra dimensión apareció con eso.
Me descubrí cambiando, mutando mi intelecto dormido
en un renacer muy adentro,
donde despertaron esos mudos anhelos.
Y pude hablarte de ellos.
Y me reconocí en tus poemas o en tus cuentos.
Lloré con vos el desgarro de la partida
de nuestro querido barquero.
Y cuando ya me sentí parte de ésto,
apareció también el miedo.
Y ahora espero el segundo aliento,
ese que elevará mi voz hasta el cielo
para que pueda decirte cuánto te quiero,
para pedirte perdón si alguna vez te herí sin saberlo.
2 comentarios:
Afortunadamente apareciste en el foro, querida Geor. ¡Lo que nos estábamos perdiendo! Un abrazo muy cariñoso
Alicia
Y ahora nos estamos perdiendo de tu presencia... dale Ali, que hay que darle una inyección.
Gracias por este comentario y el que me mandaste a mi mail!
Te quiero amiga!
Publicar un comentario