martes, 30 de septiembre de 2008

Dos calamares en apuros

-Corré Nadia, corré... hoy los buzos salieron nuevamente a inspeccionar. Va a llover sangre, lo presiento.-¡No seas “zamborotudo” Clito! Siempre a la defensiva, buscando excusas para no aventurarte. Hoy es un precioso día, el agua está más cálida que otras veces, se respira paz y calma. ¡Carascupines! ¡Me chiflan tus miedos!-¡Déjate de usar esas palabras rimbombantes!... ¿por qué no maldecís con palabrotas comunes, las que decimos todos?-Porque mi padre me lo ha prohibido y además, me gusta más cómo suenan y no ofendo a nadie. “Ropertucio”, por ejemplo. ¿Tienes idea a qué me refiero? No, no sabes si te estoy insultando o diciéndote un piropo y me encanta tu expresión de sorpresa cuando te las digo... Sos un marisco muy "éplíptico" Clito y además... muy pero muy “sabrospiro”. -No pestañees de esa manera que me turbas Nadia. Basta de hablar y corré mujer, corré....-Si, voy a correr contigo hasta el arrecife de corales. Vamos "boronito" calamarcito. Ven conmigo y no fantasees; de paso... podemos... podemos... “corcupilar”... Si hasta me sonrojo de solo pensarlo...
Clito y Nadia huyeron despavoridos con el estruendo y atónitos contemplaron el agua teñirse de rojo. -¡“Carampalpitas” Clito, mi héroe. ¡Qué tipos “prosopompudos”!

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