Te vi en el resplandor
de esa noche estrellada
yo era una más en tu lista de féminas
me hablabas desde lejos
me observabas
como quien mira distante
sin recuerdos, ni nada
Releí tus poemas
las cartas
me vi en tus ojos
olí el café humeante
sentí otra vez el calor
de nuestras manos atadas
No creo en el amor eterno
-me dijiste-
Y yo ilusa pensé:
a mí me amarás siempre
a pesar tuyo
de las circunstancias
de las sombras que aparecen
si no puedo tenerte
Y lloré por ti y por mí
por la distancia
que separa nuestros cuerpos
pero entrelaza las almas
cuando te veo una vez más
y creo que me llamas
cuando el poema reaviva el fuego
en cada palabra
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