Es el verso una tijera que poda mis hojas secas
por los hijos, para que tanto no duela
el humo en el cenicero simula disolver mi pena
y esconde la soledad disfrazada de prudencia
el eco de sus voces aún se escucha y se aleja
despacito, me va alcanzando la ausencia.
Ahora el sonido es otro, el silencio da una tregua
la canilla gotea y empecinada me observa.
1 comentario:
Hola, Geor!! Había escrito un comentario pero no sé qué hice que no lo tomó. Me alegraba de haber pasado por aquí y ver tu blog renovado pero con ese poema precioso y sentido.
Te dejo un abrazo fuerte y espero hacer bien los pasos esta vez.
Cariños
Lulú
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